Hay eventos que llegan a nuestras vidas de forma inesperada, generalmente nos toman por sorpresa y no sabemos qué hacer. En algunos casos podremos salir adelante y, en otros tal vez hasta empeoremos las cosas y necesitaremos pedir ayuda. Por ello, no cabe duda de que la mejor forma para superar cualquier eventualidad es prevenir, estar preparados.

Por ejemplo, en la mayoría de los espacios públicos existen lineamientos o protocolos que dictan la forma de actuar ante eventualidades como un incendio, sismo, inundación, etc., en los que se marcan reglas y asignan funciones a personas específicas.

Los protocolos se establecen, a partir de investigaciones y estudios, y sirven para definir cuál es la mejor y más eficiente forma de actuar para mantenernos a salvo nosotros y a las personas que nos rodean. ¿Existe la forma de saber qué hacer en caso de maltrato y abuso sexual a niñas y niños? La respuesta es sí.

En México, la Secretaría de Educación Pública, emite diversas publicaciones, orientaciones y guías al respecto, un ejemplo son las “Orientaciones para la prevención, detección y actuación en casos de abuso sexual infantil, acoso escolar y maltrato en las escuelas de educación básica”, documento que se actualiza de forma regular y que es la guía de base para que las escuelas desarrollen sus propios protocolos considerando las líneas de acción básicas a nivel nacional para el fortalecimiento de ambientes escolares pacíficos, armónicos, incluyentes y libres de acoso. A nivel estatal, también se emiten documentos con indicaciones acordes a los diferentes contextos.

Tener un protocolo de atención al maltrato y abuso sexual en la escuela sirve para:

• Aclarar y unificar conceptos básicos, definiciones, indicadores, y tipologías.
• Capacitar y sensibilizar al personal docente y administrativo.
• Establecer funciones claras y específicas delimitando facultades y responsabilidades del personal.
• Marcar las pautas y tiempos de respuesta a seguir en caso necesario: saber a quien notificar, la forma de intervenir y como dar seguimiento.
• Promover acciones coordinadas entre los involucrados para poder actuar de la mejor forma velando por el bienestar de niñas y niños durante todo el proceso.

Es importante que las escuelas elaboren su propio protocolo con base en los lineamientos oficiales, de acuerdo a su contexto social y tomando en cuenta las fortalezas del personal, para así establecer acciones realistas con las que se puedan comprometer ante la sospecha de un caso de abuso sexual o maltrato.

La función del docente en la prevención de estos casos es fundamental, porque, aunque sabemos que la mayoría de los casos de abuso sexual ocurren en los hogares, maestras y maestros son actores clave para identificar cuando algo no va bien con una niña o niño. Son quienes conocen y conviven con alumnas y alumnos de forma cotidiana, mantienen contacto con sus familias y poseen conocimientos sobre las etapas de su desarrollo pudiendo identificar situaciones atípicas.

La existencia de un protocolo de intervención contra maltrato y abuso sexual infantil nos dice qué tan preparada está la comunidad escolar. Te invitamos a que, como docente, madre, padre o cuidador, consultes con tu escuela la existencia de protocolos y, en caso de no contar con ellos, trabajen en conjunto para su realización.

En Guardianes tenemos pláticas orientadas a conocer la importancia de los docentes en la prevención del maltrato y abuso sexual y la forma en que las escuelas pueden elaborar sus protocolos, no dudes en contactarnos si tienes alguna duda.

Consulta en nuestra página web https://guardianes.org.mx/publicaciones/ las diferentes infografías y publicaciones que tenemos.

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