Prevenir desde el amor y no desde el miedo

Guardianes | Escucha·Protege·Atiende

Cuando un niño sufre de violencia sexual repetida, significa que alguien mantuvo los ojos cerrados.

Moisés Laniado

Este 19 de noviembre abramos los ojos y ayudemos a prevenir el abuso sexual en la infancia.

La mejor herramienta para combatir la violencia sexual es tener una mirada empática, comprensiva, compasiva y amorosa.

Necesitamos abrir los ojos y reconocer que este tipo de violencia es una experiencia sumamente dolorosa y traumática que deja graves secuelas en la vida de niñas y niños, ya que daña su desarrollo físico, sexual, emocional y cerebral, lo que repercute en su capacidad para enfrentar la vida y sus relaciones afectivas.

Asimismo, debemos estar conscientes de que el abuso sexual puede sucederle a todo niño, niña y adolescente, de ahí la necesidad de saber cómo prevenirlo. Normalizar la violencia sexual hacia niñas y niños, o negarla esperando que de esa forma desaparezcan los daños, solo provoca que se perpetúe.

¿Por qué niñas y niños que sufren este tipo de abuso no denuncian?

Lo más grave para las niñas, niños y adolescentes no es únicamente vivir esta experiencia, sino hacerlo en soledad. Una de las razones por las que las víctimas no revelan el abuso es por temor a que nadie les crea, por ello, tener unos ojos compasivos es clave para la prevención.

Cuando hablamos de compasión nos referimos a saber acompañarlos en su dolor y hacerlos sentir protegidos y para ello necesitamos desarrollar empatía: aprender a escuchar y observar sin juzgar, poder percibir sus emociones enfocando nuestra atención no sólo a sus palabras, sino también en su lenguaje corporal o no verbal -su postura, sus gestos, su tono de voz, el color de su piel, su mirada-.

Una niña, niño o adolescente que busca ayuda necesita que el adulto protector, antes de emprender cualquier acción, pueda creer y comprender el dolor y la confusión por la que atraviesa, además de contenerlo con amor y presencia, sin perderse en buscar razones, sino ayudándole a encontrar su voz para hablar y decir la verdad, rompiendo el secreto.

Hablamos de confusión porque las acciones del agresor para someter a la víctima suelen mezclarse con lo cotidiano, lo cual hace aún más difícil para ella comprender lo que está sucediendo, huir y buscar ayuda. Incluso, si siente malestar por el abuso suele alejarlo de su mente o bien culparse por pensar mal.

¿Cuáles son los factores de riesgo que facilitan el abuso sexual en niñas y niños?

Sandra Baita, psicóloga especialista en el tema, dice que: Cuanto menor edad tenga la niña o niño cuando comienza el abuso sexual, más difícil le será comprender la situación, y el ofensor sexual necesitará menos esfuerzo para lograr su sometimiento. Cuanto más necesitada/o de afecto esté, más fácil será para el abusador acercarla/o a él. Cuanto más caótico sea el ambiente en el cual la niña y el abusador conviven, más fácil será que el abuso sexual sea para la niña/o algo más en medio del caos, y pueda pasar aún más inadvertido. Cuanto más alejada, conflictiva y fría sea la relación de la niña o niño con su madre, más fácil le será al abusador sexual ganarse su confianza y convertirse en el bueno, el compinche, el comprensivo, el permisivo.

En este contexto, todos somos responsables de prevenirlo porque, aunque no seamos los cuidadores directos, podemos ser testigos de ello, y aun si no lo fuéramos, darle buen trato a niñas y niños, hacerlos sentir seguras/os y escuchadas/os, les dará la confianza que requieren para pedir ayuda.

¡Todas y todos somos Guardianes!

 

Marcela Cuevas Vázquez.

 

Para saber más:

- Baita, S. y Moreno, P. (2015). Abuso sexual infantil. Cuestiones relevantes para su tratamiento en la justicia. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF Uruguay.

- Vázquez, J. (2020). Alas rotas. Cómo prevenir la violencia sexual infantil y ayudar a las víctimas. Grijalbo.

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