Padre con P de Presencia

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«Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado, es más importante que aprender».

Eduard Punset

 

Ser padre en estos tiempos requiere de una deconstrucción de lo que nos han dicho que es ser papá y de lo que hemos aprendido con el ejemplo, para de esta forma dar paso a una nueva paternidad basada en la Presencia con P mayúscula.

Las niñas y los niños necesitan a un padre que sea Presencia, no necesariamente una presencia física, pues en muchos casos no es posible, pero sí un padre que, ayudándose de los demás miembros de la familia, logre encontrarse con la esencia de su hija/o.

Hay funciones del padre que siempre será idóneo que se fomenten, como proteger a la familia y proveerle de lo necesario; hacer que las reglas se cumplan; comunicar seguridad y confianza a las/os hijas/os; funciones que también la madre puede realizar en un momento dado.

Sin embargo, hay otras que sólo el padre o un tercero pueden realizar, por ejemplo, ayudar a niñas y niños en el proceso de separación de la figura materna para que descubran que existe un otro y construyan su propia identidad, y enseñarles a relacionarse con los demás y con el entorno, incluso darles la seguridad necesaria para que puedan proyectarse a futuro y tomar las decisiones necesarias para separarse del seno familiar.

Por esto, la función del padre es esencial en la vida de cualquier niña o niño, principalmente entre los 2 y 4 años de edad, etapa en la que se configura la personalidad. Necesitan que papá les enseñe a relacionarse con el mundo exterior y, a diferencia de lo que se creía antes, también con su mundo interior (pensamientos, emociones, sentimientos) si ellos logran hacerlo antes consigo mismos.

Al padre -independientemente de que sea el padre biológico o no- se le ha dado dado socialmente la tarea de enseñar a sus hijas/os a defenderse de las amenazas del entorno y a cuidarse para que se sientan seguras/os cuando salgan al mundo, la razón de esto es que son los hombres quienes generan mayor cantidad de vasopresina, hormona que nos ayuda a protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, el problema es que entre más se realizan estas acciones, más vasopresina se genera, provocando que la persona actúe de forma tosca y ruda, y que disminuya la cantidad de oxitocina, hormona del apego y del amor que permite a la persona ser tan cariñosa, tierna y cercana emocionalmente como la madre.

Naturalmente, cuando el padre se relaciona con sus bebés, disminuye la cantidad de vasopresina en su cuerpo con el fin de que pueda cuidarlos sin lastimarlos, y, a su vez, aumenta la oxitocina para dar un trato tierno al bebé. Así, se ha descubierto que los padres pueden aumentar su oxitocina siendo papás con Presencia, de esa forma logran brindarles más muestras de cariño y generar un vínculo emocional más cercano con el que puedan enseñarles a conectarse también con su mundo interior.

A continuación, 6 acciones que te pueden ayudar a ser un padre con P de Presencia:

  1. Pregunta a tus hijas/os con cierta frecuencia por su día, sus gustos, sus sueños, sus actividades, sus amigos; dándote el tiempo necesario para escuchar sin expectativas.
  2. Escúchales sin querer darles la mejor solución, solo escucha. Atiende a las emociones y necesidades que están detrás de sus palabras.
  3. Acompáñales en la alegría y el dolor, enseñándoles que se vale tener logros y errores, en los exámenes, en las peleas, en los retos.
  4. Háblales de ti mismo, de tus sueños, de tus proyectos, de tus vivencias.
  5. Permite que tus hijas/os te vean llorar, reír, enojarte, tener miedo. Enséñales que es bueno reconocer la propia vulnerabilidad.
  6. Háblales con ternura a través de la mirada, el cuerpo o la voz. Dales abrazos, caricias tiernas, sonrisas.

Todo padre que es Presencia tiene derecho a pertenecer, a dar y recibir, y a tener un lugar en la familia, no importa si vive bajo el mismo techo o no; siempre hará lo necesario para que sus hijas e hijos lo sientan presente aun en la ausencia.

Cuando esto se logra existe la suficiente armonía y equilibro en la familia para que niñas y niños puedan tener un sano desarrollo.

 

Marcela Cuevas Vázquez.

 

Referencias:

Barudy, J., Dantagnan, M., Comas, E. & Vergara, M. (2014). La inteligencia maternal. Manual para apoyar la crianza bien tratante y promover la resiliencia de madres y padres. Gedisa.

Siegel, D. & Payne, T. (2020). El poder de la presencia. Cómo la presencia de los padres moldea el cerebro de los hijos y configura las personas que llegarán a ser. Alba.

Sinay, S. (2009). Ser padre es cosa de hombres. Del Nuevo Extremo.

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